¿No es una «relación» con Jesús lo que necesito? Sí, y no. La Biblia nunca dice que necesitamos solo cualquiera relación con Jesús. En cambio, se nos habla de relaciones que involucran a personas que saben quiénes son, y que reconocen la voz de Jesús y la obedecen.
Sí, y no.
Judas Iscariote tuvo una «relación» con Jesús. Él traicionó a Jesús. Hay una «relación» bien definida entre un traidor y su traicionado. La “relación” de Judas con Jesús, como uno de los doce compañeros más cercanos, era a la vez “cercana” y “personal”. Y la traición de Judas a Jesús fue muy “personal”. ¡Pero esas «relaciones» no salvó a Judas!
Jesús llamó diablo a Judas.
De la misma manera, los líderes políticos y religiosos de los judíos durante la vida de Jesús en la tierra tenían dos «relaciones» bien definidas con Él. Ellos eran sus «traicionadores» y sus «asesinos». Pero ser un traicionador y un asesino de Jesús no les salvaron.
Y hoy, en la actualidad, la mayoría de las personas están «extraños» de Jesús. Ser «extraños», personas que no se conocen uno a otro, es una «relación». Pero ser extraños a Jesús no les salvan.
La Biblia nunca dice que necesitamos solo alguna «relación», cualquiera «relación» con Jesús. En cambio, se nos habla de varias relaciones específicas que ilustran o que son como la relación que Jesús quiere tener con nosotros. Todas estas relaciones involucran a personas que saben quiénes son, y que reconocen la voz de Jesús y la obedecen.
Discutiré estas relaciones específicas en las páginas que siguen.