lo que nace del Espíritu es imprevisible, como el viento. Pero generalmente preferimos evitar a los individuos que pueden desencadenar los tipos de corrección violente del rumbo —paroxismon— de los que se habla en Hebreos 10:24.
Una razón por la que muchas personas y aun algunas iglesias en verdad no quieren que personas vivan por el Espíritu Santo es esto: lo que nace del Espíritu es imprevisible, como el viento. A menudo parece que queramos a la gente la que se encaja con nuestros programas, la que nunca toma un camino diferente al del grupo ni agita las aguas. Y generalmente preferimos evitar a los individuos que pueden desencadenar los tipos de corrección violente del rumbo —paroxysmon— de los que se habla en Hebreos 10:24. Pero estoy muy agradecido por el terremoto que me fue entregado recientemente, dulcemente, y —me imagino— sin saberlo por una amiga. ¡No quiero que las réplicas se paren!