La historia de Regina

Explicación de la carta que he escrito a Regina Oliveira. Ella era una parte importante de la historia surreal de mi vida de 1984 a 1991, luego desapareció. Su amor nos sostuvo en un momento muy difícil. Esta historia enseña que no puedes saber cuánto la bondad que haces hoy cambiará el mundo dentro de cuarenta años.

Mi prójimo artículo será el que no escribiré primero en español. La escribiré solamente en pobre portugués —la única forma de portugués que puedo escribir. Y no voy a dar una traducción, porque es una carta, no para ustedes, sino para una amiga brasileña que era muy importante en nuestras vidas. Una amiga que no he sabido cómo encontrar por un tiempo muy largo.

No obstante, la explicaré.

Regina Oliveira era una parte importante de la historia surreal de mi vida. Nos encontramos como compañeros de trabajo en la biblioteca de la Universidad de Kansas en el otoño de 1984. Regina había sido una maestra de inglés en Río de Janeiro, su ciudad natal. Ella vino a Kansas con una beca Fulbright para estudiar la producción de programas de radio, cine y televisión. Fuimos amigos casi en un instante. Y, a finales de ese año, mi marida y Regina eran como hermanas.

Pero nuestra amistad era una rareza. Frecuentemente, ella tenía que ser muy paciente con mis prejuicios. A veces decía que yo —y la iglesia a la que yo asistía— parecíamos ver a un enemigo nacional atrás cada picaporte. O que parecíamos creer que podamos contraer alguna enfermedad al tocar a cualquier persona que no era exactamente como nosotros. Y ella estaba correcta. Acepté su corrección porque ella era tan diferente; pero, aun así, tan buena. Y ella nos amó.

Regina detestó a Lawrence y K.U., pero nos amó. Esto era importante. Se graduó de K.U. en la primera semana de junio de 1985 y pudo volverse a Río —excepto que nos amó.

El mayo de 1985, ocurrió el desastre —¿o la gran misericordia?—que me envió al viejo Topeka State Hospital ese julio. Muchas personas, incluso algunas de nuestra iglesia, le dijeron a mi esposa que debía divorciarse de mí. Pero Regina permaneció en Lawrence, que detestó, hasta casi los finales de julio, para asegurar que mi marida sobreviviría a la situación sin divorciarme. ¡Nunca la olvidaremos!

Vimos a Regina una vez más, en el verano de 1986. Ella visitó a Lawrence por un día en su camino de regreso a Brasil de una pasantía en Nueva Jersey. En esa visita, Regina me dijo que mi vida (incluso a ese tiempo) sería una buena telenovela, ¡excepto que nadie lo creería! Pero ahora, sus palabras sobre mi vida increíble me han inspirado. ¿Quizás, dado que mi vida se asemeja a la ficción surrealista, algunas partes de mi vida pueden contarse como ficción surreal con un buen propósito?

Seguimos intercambiando cartas hasta febrero de 1991, cuando su carta más recién, que contuvo una nueva dirección, se destruyó en un incendio. Todos los intentos de localizarla después de eso fracasaron. Fue como si hubiera existido durante seis años y luego hubiera desaparecido. ¿Más surrealismo, o suprarealismo?

Después de mi carta a Regina, volveré a mi modo ordinario de enseñanza por un tiempo. ¡Pero tal vez no para siempre!

¿Qué enseña esta parte de mi historia? Simplemente, no puedes saber cuánto la bondad que haces hoy cambiará el mundo dentro de cuarenta años.


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Publicado por primera vez el 7 de agosto de 2024 en Facebook


Carta para Regina Olveira, que veio do Rio de Janeiro (Una carta, solo en portugués)

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